En Mi Vida Pasan Cosas
11 enero 2012
Como las cuentas de mi collar, unidas.
En todo este tiempo me mudé y adopté a Nina. Hice muchas otras cosas, pero esas dos son las que más me importan.
15 junio 2011
27 julio 2010
Tu propones | India dispone
Hace un mes y medio volví de mi viaje por India, recién ahora lo estoy terminando de cerrar. Es tan loco lo que te pasa por la cabeza, son tantos los nuevos códigos que por momentos te estalla el cerebro. No entendés que carajo hacés ahí, llorás, pensás, tratás de darle una vuelta y nada. Entonces te vas a dormir y ahí empieza el trabajo con uno mismo, ahí te hacés mil preguntas, ahí buscás en vos, porque en momentos como esos es cuando tomás conciencia que lo único que vas a llevar durante toda tu existencia está dentro tuyo, solo sos vos. No hablo de ninguna experiencia mística, a mi no me pasó nada de eso, es más, conviví con cosas bien mundanas que me hacían poner los pies sobre la tierra. Fue tan terrible como alucinante, todo junto.
Llegás a India y sentís que tus códigos no sirven, es momento de abrir la cabeza, a los tumbos, entre risas (a veces) y entre caras de asombro por no entender que pasa, así, de a poco, vas incorporando lo nuevo que se presenta, porque la realidad es que buscás adaptarte, y así sobrellevar, transitar el momento.
Pasamos por unas cuantas ciudades, algunas me encantaron otras no tanto. La más difícil fué Varanasi (Benarés), ahí fué curtite nena. No te queda otra, uno llega siendo tan occidental y allá que es otro mundo, otra concepción de las cosas. Ese río, el Ganga, que loco lo que viví. Es una ciudad que vive por y para ese río. Una ciudad muy antigua, callejones angostos, suciedad -según mis estándares claro-, vacas que andan por esos callejones con actitud de perro y te miran con ojos saltones como queriéndote decir algo, cabritos también dando vueltas por ahí, sin un mínimo lugar verde que recorrer. Los ghats sobre el río, el Marnikarnica Ghat, un burning ghat que quedaba a escazos metros de Shanti Guest House (donde nos hospedamos). Alguien del lugar nos contó que el burning ghat funcionaba las 24hs, se creman un promedio de 200 cuerpos por día, imaginen mi cabeza...saber eso, sentir un murmullo en un callejón y ver que viene una procesión con un cuerpo en dirección al ghat, tener que pasar por ahí para ir al río, ver los fuegos, ceremonias. Cuesta entenderlo, debo ser sincera, pero pasada la primera impresión, si bien no se revierte, mengua y se hace más llevadera. En ese río dejan las cenizas de sus seres queridos, en ese río aprenden a nadar en el Star Swimming Club, en ese río llevan a cabo ceremonias religiosas, en ese río lavan su ropa, en ese río pasan sus días, ese río da vida a Varanasi.
Hay botes, muchos, y muchos son los que ofrecen paseos en ellos: "aló madame, ¿boat?" esa fué nuestra banda de sonido cada vez que recorrimos el río. Entonces un día amanecimos a las 4am y tomamos la "excursión" que nos ofrecía el hostel, y ahí fuimos, argentinas, colombianas, franceses, ingleses, en fin, viajeros. Ver el sol amaneciendo con mantras de fondo tiene su encanto y por un momento desapareció esa particular impresión que convivió conmigo durante mi estadía. La verdad, desde el agua es otra la vista, ahí ví los colores que antes conocí solo por fotos, pero así como estaban esos colores de las fotos también aparecieron los olores, de todo tipo, algunos lindos, de flores generalmente y otros feos, producto de la contaminación. Ví cadáveres flotando y ahí me enteré que algunos cuerpos no necesitan ser cremados y los dejan así en el río, son personas que son consideradas tocadas por Dios (mujeres que mueren embarazadas, leprosos, los muertos por mordidas de cobras y otros casos que ahora no recuerdo). Entonces, ¿qué me pasó al ver esa escena? descubrí que tengo morbo, morbo bien básico, morbo bien humano. Todos pedían irse y yo que no paraba de hacer foco sobre los cuerpos, disparando mi cámara. Claro, a la noche mi cabeza me pasó factura y me sentí para el culo, encontré una parte oscura que tenía prolijamente escondida. Está buenísimo que me hayan pasado cosas como esa, son situaciones crudas, pero que te hacen crecer, no te queda otra que hacerte cargo y ya. Punto para India.
No todo fue feo, en Varanasi también enloquecimos con los sarees, eran nuestro oasis. Y ahí anduvimos, descalzas, en la silk factory sobre un piso que era un gran colchón de unos 6 metros x 3, muchos hombres y nosotras revolviendo montañas de telas. Ahí no descubrí nada nuevo, salió a la luz mi consumismo occidental, y en ese contexto lo viví como mi salvavidas, debo confesar.
Pasaron también los trenes, un tema aparte. Ahí ves bien lo que es India y su sociedad. Por más que lo describa, hay que vivirlo, sino no se llega a dimensionar. Ocurre con los trenes y ocurre con toda India, podría detallar minuciosamente todo y no llegarían a tener más que un relato al que le faltaría la vivencia personal, esa que traje conmigo e imagino me acompañará unos cuantos años.
Pasaron otras ciudades, algunas lindas, algunas feas. Nos fuimos al Himalaya en busca de tranquilidad y unos grados menos de calor, estuvimos entre 40° y 45°. Ya en las montañas bajamos a la mitad, un alivio. Esta fué la parte del viaje que más disfruté, como imaginé en Buenos Aires, sin equivocarme y en base a mis gustos, ahí me sentí cómoda. Nuestra base fue en Darjeeling o Gorkhaland, así la llaman sus habitantes que luchan día a día por su independencia. En los muros abundan pintadas que dicen "we want Gorkhaland". Nos hospedamos en el hotel de una familia muy acogedora, tenían un pequeño restaurant/casa de té que se llama Mystic Mountain, lindos momentos vividos ahí. Fué en el único lugar donde tomé mi amado té y comí comida (arroz con un salteado de pollo y otras cosas) en el resto del viaje viví en base a Lays, cheese toasts, chocolates cadbury o kit kat, "pizza" y "macrony (así lo escriben) with tomato sauce (ketchup)", no pude comer otra cosa, los olores fueron más fuerte que mi capacidad de adaptación. En fin, en Gorkhaland me acomodé y los días fueron lindos de transitar. Mucha nube nos rodeaba, salía el sol y venían las nubes con su rocío, así todo el tiempo. Estábamos muy alto, en la montaña, con vistas de los Himalayas que jamás olvidaré. Ahí entendí por qué es tan bueno el té. El aire es puro, las plantas crecen en las laderas de las montañas, tienen esas visitas de las nubes que le regalan rocío y humedad y también reciben rayos solares de los mejores. Dicen al referirse a los Himalayas: "where Earth meets sky" y así es. Hermoso por cierto. Fuimos a un tea garden y compramos diferentes tipos de té, entre ellos white tea. Recorrimos el chowk (mercado) otra experiencia linda de vivir y visitamos templos y monasterios budistas, hermosos todos, hermosas las personas que le dan vida.
Podría seguir relatando más vivencias en otras ciudades visitadas, como Agra y su monumental Taj Mahal, pero no quiero extenderme más.
Saqué muchas fotos, fue uno de los objetivos del viaje, aparte de mis vacaciones. Me costó mucho agarrar la cámara. Al principio, en crisis por ese mundo desconocido frente a mí, no podía siquiera pensar en obturar, no me daban ganas y respeté ese momento. Y un día me levanté con muchas ganas de hacer fotos, también respeté ese momento, y ahí no paré. Ahí salimos juntas para arriba y para abajo, con calor, cargando el peso de su cuerpo y sus lentes, cuidando que no se moje con las botellas de agua mineral, porque tomamos mucha agua, unos 6 litros por día aproximadamente. Entonces, como ya me había amigado con el lugar nada de eso me molestó y la cámara y yo volvimos a ser una. Que lindo eso.
Lindo también lo que traje dibujado en mi pié, fué hecho en una calle del Paharganj, el main bazaar de New Delhi.
Si quieren ver fotos, están en mi otro blog.
También grabé cosas, de hecho tengo muchas horas grabadas, algunos videos los subí a youtube
Éste es uno:
Llegás a India y sentís que tus códigos no sirven, es momento de abrir la cabeza, a los tumbos, entre risas (a veces) y entre caras de asombro por no entender que pasa, así, de a poco, vas incorporando lo nuevo que se presenta, porque la realidad es que buscás adaptarte, y así sobrellevar, transitar el momento.
Pasamos por unas cuantas ciudades, algunas me encantaron otras no tanto. La más difícil fué Varanasi (Benarés), ahí fué curtite nena. No te queda otra, uno llega siendo tan occidental y allá que es otro mundo, otra concepción de las cosas. Ese río, el Ganga, que loco lo que viví. Es una ciudad que vive por y para ese río. Una ciudad muy antigua, callejones angostos, suciedad -según mis estándares claro-, vacas que andan por esos callejones con actitud de perro y te miran con ojos saltones como queriéndote decir algo, cabritos también dando vueltas por ahí, sin un mínimo lugar verde que recorrer. Los ghats sobre el río, el Marnikarnica Ghat, un burning ghat que quedaba a escazos metros de Shanti Guest House (donde nos hospedamos). Alguien del lugar nos contó que el burning ghat funcionaba las 24hs, se creman un promedio de 200 cuerpos por día, imaginen mi cabeza...saber eso, sentir un murmullo en un callejón y ver que viene una procesión con un cuerpo en dirección al ghat, tener que pasar por ahí para ir al río, ver los fuegos, ceremonias. Cuesta entenderlo, debo ser sincera, pero pasada la primera impresión, si bien no se revierte, mengua y se hace más llevadera. En ese río dejan las cenizas de sus seres queridos, en ese río aprenden a nadar en el Star Swimming Club, en ese río llevan a cabo ceremonias religiosas, en ese río lavan su ropa, en ese río pasan sus días, ese río da vida a Varanasi.
Hay botes, muchos, y muchos son los que ofrecen paseos en ellos: "aló madame, ¿boat?" esa fué nuestra banda de sonido cada vez que recorrimos el río. Entonces un día amanecimos a las 4am y tomamos la "excursión" que nos ofrecía el hostel, y ahí fuimos, argentinas, colombianas, franceses, ingleses, en fin, viajeros. Ver el sol amaneciendo con mantras de fondo tiene su encanto y por un momento desapareció esa particular impresión que convivió conmigo durante mi estadía. La verdad, desde el agua es otra la vista, ahí ví los colores que antes conocí solo por fotos, pero así como estaban esos colores de las fotos también aparecieron los olores, de todo tipo, algunos lindos, de flores generalmente y otros feos, producto de la contaminación. Ví cadáveres flotando y ahí me enteré que algunos cuerpos no necesitan ser cremados y los dejan así en el río, son personas que son consideradas tocadas por Dios (mujeres que mueren embarazadas, leprosos, los muertos por mordidas de cobras y otros casos que ahora no recuerdo). Entonces, ¿qué me pasó al ver esa escena? descubrí que tengo morbo, morbo bien básico, morbo bien humano. Todos pedían irse y yo que no paraba de hacer foco sobre los cuerpos, disparando mi cámara. Claro, a la noche mi cabeza me pasó factura y me sentí para el culo, encontré una parte oscura que tenía prolijamente escondida. Está buenísimo que me hayan pasado cosas como esa, son situaciones crudas, pero que te hacen crecer, no te queda otra que hacerte cargo y ya. Punto para India.
No todo fue feo, en Varanasi también enloquecimos con los sarees, eran nuestro oasis. Y ahí anduvimos, descalzas, en la silk factory sobre un piso que era un gran colchón de unos 6 metros x 3, muchos hombres y nosotras revolviendo montañas de telas. Ahí no descubrí nada nuevo, salió a la luz mi consumismo occidental, y en ese contexto lo viví como mi salvavidas, debo confesar.
Pasaron también los trenes, un tema aparte. Ahí ves bien lo que es India y su sociedad. Por más que lo describa, hay que vivirlo, sino no se llega a dimensionar. Ocurre con los trenes y ocurre con toda India, podría detallar minuciosamente todo y no llegarían a tener más que un relato al que le faltaría la vivencia personal, esa que traje conmigo e imagino me acompañará unos cuantos años.
Pasaron otras ciudades, algunas lindas, algunas feas. Nos fuimos al Himalaya en busca de tranquilidad y unos grados menos de calor, estuvimos entre 40° y 45°. Ya en las montañas bajamos a la mitad, un alivio. Esta fué la parte del viaje que más disfruté, como imaginé en Buenos Aires, sin equivocarme y en base a mis gustos, ahí me sentí cómoda. Nuestra base fue en Darjeeling o Gorkhaland, así la llaman sus habitantes que luchan día a día por su independencia. En los muros abundan pintadas que dicen "we want Gorkhaland". Nos hospedamos en el hotel de una familia muy acogedora, tenían un pequeño restaurant/casa de té que se llama Mystic Mountain, lindos momentos vividos ahí. Fué en el único lugar donde tomé mi amado té y comí comida (arroz con un salteado de pollo y otras cosas) en el resto del viaje viví en base a Lays, cheese toasts, chocolates cadbury o kit kat, "pizza" y "macrony (así lo escriben) with tomato sauce (ketchup)", no pude comer otra cosa, los olores fueron más fuerte que mi capacidad de adaptación. En fin, en Gorkhaland me acomodé y los días fueron lindos de transitar. Mucha nube nos rodeaba, salía el sol y venían las nubes con su rocío, así todo el tiempo. Estábamos muy alto, en la montaña, con vistas de los Himalayas que jamás olvidaré. Ahí entendí por qué es tan bueno el té. El aire es puro, las plantas crecen en las laderas de las montañas, tienen esas visitas de las nubes que le regalan rocío y humedad y también reciben rayos solares de los mejores. Dicen al referirse a los Himalayas: "where Earth meets sky" y así es. Hermoso por cierto. Fuimos a un tea garden y compramos diferentes tipos de té, entre ellos white tea. Recorrimos el chowk (mercado) otra experiencia linda de vivir y visitamos templos y monasterios budistas, hermosos todos, hermosas las personas que le dan vida.
Podría seguir relatando más vivencias en otras ciudades visitadas, como Agra y su monumental Taj Mahal, pero no quiero extenderme más.
Saqué muchas fotos, fue uno de los objetivos del viaje, aparte de mis vacaciones. Me costó mucho agarrar la cámara. Al principio, en crisis por ese mundo desconocido frente a mí, no podía siquiera pensar en obturar, no me daban ganas y respeté ese momento. Y un día me levanté con muchas ganas de hacer fotos, también respeté ese momento, y ahí no paré. Ahí salimos juntas para arriba y para abajo, con calor, cargando el peso de su cuerpo y sus lentes, cuidando que no se moje con las botellas de agua mineral, porque tomamos mucha agua, unos 6 litros por día aproximadamente. Entonces, como ya me había amigado con el lugar nada de eso me molestó y la cámara y yo volvimos a ser una. Que lindo eso.
Lindo también lo que traje dibujado en mi pié, fué hecho en una calle del Paharganj, el main bazaar de New Delhi.
Si quieren ver fotos, están en mi otro blog.
También grabé cosas, de hecho tengo muchas horas grabadas, algunos videos los subí a youtube
Éste es uno:
Me puse muchas vacunas y tomé otras tantas pastillas,
sin embargo, de India no regresé inmune,
felizmente.
sin embargo, de India no regresé inmune,
felizmente.
20 julio 2010
19 mayo 2010
¿qué son los dragones?
Los dragones son chispas.
De esas chispas que chispean a quien las mira.
Eso son los dragones.
De esas chispas que chispean a quien las mira.
Eso son los dragones.
28 abril 2010
Preparando(me)
Estoy a unas semanas de irme, no más de 4 de hecho. Las ganas son muchas, también la ansiedad y también el cagazo. Es el primer viaje que hago a un lugar tan lejano . Nos espera un vuelo de casi 27 horas. Escalas en San Pablo y Londres para finalmente llegar a Nueva Delhi. Es el otro lado. Imaginen mi cabeza. No para.
Una vez que decidimos cambiar el rumbo (hacia India y Nepal) surgieron muchas cosas por hacer. Entre ellas, consultar a un médico.
Si bien cuento con cobertura médica, decidí hacer una consulta en el Servicio de Medicina del Viajero del Hospital Muñíz, que es un lugar especializado en infectología.
Entonces fuí a la primera consulta con la Dra. Lloveras, me entregaron un folleto con recomendaciones y completé un formulario con mi historial médico, destino del viaje y demás información requerida. A este primer encuentro hay que llevar la libreta de vacunas, en mi caso me hizo una orden para un análisis serológico para la Hepatitis A y B.
Unos días después, con los resultados en mano, fuí a la segunda consulta en la cual tuvimos una charla donde me explicó punto por punto las recomendaciones que figuran en el folleto, también hicimos el cronograma de vacunas. Les cuento que son unas cuantas.
Tuve que colocarme las siguientes:
# Fiebre Amarilla: 1 dosis
#Poliomielitis (IMOVAX Polio): 1 dosis
#Difteria: 1dosis
#Tétanos: 1 dosis
#Hepatitis A+B (TWINRIX): 3 dosis (0-7-21 días)
#Fiebre Tifoidea (TYPHIM-Vi): 1 dosis
Hoy me dí la de la gripe H1N1, como verán fueron muchos los pinchazos (esto fue lo más cercano a ser una muñeca voodoo).
Me recomendaron también darme la vacuna antirrábica (VERORAB) que son 3 dosis, pero cada dosis cuesta unos ARS200 y la verdad no da, sobre todo porque no entra en el vademecum y hay que pagar el 100%. Evitaré mordidas indeseadas (?)
Aparte de las vacunas, tengo que realizar una profilaxis antipalúdica -para Malaria- para lo cual debo tomar unas pastillas de mefloquina que se llaman Tropicur. La administración es una vez por semana, comenzando la semana anterior al viaje, las semanas que dure el viaje y las 4 posteriores de regreso en Argentina.
Hasta acá la parte médica.
Una vez que decidimos cambiar el rumbo (hacia India y Nepal) surgieron muchas cosas por hacer. Entre ellas, consultar a un médico.
Si bien cuento con cobertura médica, decidí hacer una consulta en el Servicio de Medicina del Viajero del Hospital Muñíz, que es un lugar especializado en infectología.
Entonces fuí a la primera consulta con la Dra. Lloveras, me entregaron un folleto con recomendaciones y completé un formulario con mi historial médico, destino del viaje y demás información requerida. A este primer encuentro hay que llevar la libreta de vacunas, en mi caso me hizo una orden para un análisis serológico para la Hepatitis A y B.
Unos días después, con los resultados en mano, fuí a la segunda consulta en la cual tuvimos una charla donde me explicó punto por punto las recomendaciones que figuran en el folleto, también hicimos el cronograma de vacunas. Les cuento que son unas cuantas.
Tuve que colocarme las siguientes:
# Fiebre Amarilla: 1 dosis
#Poliomielitis (IMOVAX Polio): 1 dosis
#Difteria: 1dosis
#Tétanos: 1 dosis
#Hepatitis A+B (TWINRIX): 3 dosis (0-7-21 días)
#Fiebre Tifoidea (TYPHIM-Vi): 1 dosis
Hoy me dí la de la gripe H1N1, como verán fueron muchos los pinchazos (esto fue lo más cercano a ser una muñeca voodoo).
Me recomendaron también darme la vacuna antirrábica (VERORAB) que son 3 dosis, pero cada dosis cuesta unos ARS200 y la verdad no da, sobre todo porque no entra en el vademecum y hay que pagar el 100%. Evitaré mordidas indeseadas (?)
Aparte de las vacunas, tengo que realizar una profilaxis antipalúdica -para Malaria- para lo cual debo tomar unas pastillas de mefloquina que se llaman Tropicur. La administración es una vez por semana, comenzando la semana anterior al viaje, las semanas que dure el viaje y las 4 posteriores de regreso en Argentina.
Hasta acá la parte médica.
25 abril 2010
Día Mundial de la fotografía estenopeica | Worldwide pinhole photography day
Carguen sus cámaras/latas y salgan a celebrar el Día Mundial de la Fotografía Estenopeica.
Después súbanlas a http://www.pinholeday.org
y felíz Domingo!
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